Historias de Benasque.

Hoy, 14 de julio de 2011, me levanté temprano como todos los días, no más tarde de las 9:15, y eso teniendo en cuenta el sitio y mi edad puede parecer un milagro…

Bajé a desayunar con la idea clara de hacerme la andada Benasque – Cerler, cogiendo la senda desde Anciles, y así lo hice. Salí a las 9:35 del hostal Araguells y me encaminé hacia Anciles, a 1,8 km. Una vez llegas a Anciles, nada más entrar hay un camino de piedra del casco urbano del pueblo que tiene una bifurcación si sigues recto es el camino principal por el que podrás llegar a diferentes sitios, embarcadero, embalse, jardín botánico, etc. Pero hoy no era el día para eso, era el día de salirse del camino principal tomando la bifurcación que quedaba a mano izquierda. Tras dar unos pasos ya aparecen los primeros carteles, hacia la izquierda, Lavarne y Cerler, hacia la derecha jardín botánico. Yo cogí la flecha de la izquierda hacia cerler, el camino empieza muy, muy fuerte, y llegas a una nueva bifurcación donde solo hay una flecha que pone Lavarne… ¿y cerler?, siguiendo mi intuición me fui por la senda que no tenía cartel, y pasaron los minutos y no había ninguna marca de ningún tipo, aunque si una buena senda y el sonar del río, algo interesante si en algún momento te pierdes… a los 35 minutos o así apareció una nueva marca y ya todo estaba mucho mejor señalizado, sólo había que seguir hacia el objetivo, cerler. Finalmente llegué, y mi idea inicial era volver por donde había subido, pero pregunté en una caseta de skies y snowboarders que había en frente al telesilla si podía volver por un camino alternativo y aquel hombre amable me indicó muy bien, que pasara el parking hacia los contenedores, que siguiera pasando los contenedores y que había 2 caminos, el de la derecha iba al pueblo de cerler, y el de la izquierda que tenía un pequeño gran desnivel de 4 metros me llevaría hacia Benás – Benasque, y así fue, fui bajando y fui llegando, las vistas y la naturaleza eran maravillosas, los mosquitos y moscas no tanto, por lo demás era genial, tanto en la subida como en la bajada, más en la bajada me topé con alguna persona, eso creo que está bien, porque te hace sentir que no eres el único, y creedme en ese momento sentirse uno más me reconfortó. Mi aventura terminó bien, y lo hice en un tiempo record de 2 horas y 5 minutos porque llevé buen ritmo, pero ahora “conociendo” un poco más se pueden volver a hacer las mismas cosas con otras nuevas miras. PAZ.