Sobre el Soccer, EEUU y España
Siento una especie de relación amor-odio con EEUU y con su cultura. No me gusta EEUU cuando pienso en su prepotencia, en su desprecio por el resto del mundo, al que considera su jardín de uso privado. No me gusta Norteamérica cuando pienso en todo el odio que genera.
Pero veo sus películas, engullo su basura, sigo sus deportes y me encanta esa capacidad innata que tiene para convertir todo en un espectáculo. Showtime, amigos.
Sin embargo, hay un mes cada cuatro años en el que me hago un poquito estadounidense. Y ahora mismo estamos justo en medio de ese mes: De mediados de junio a mitad de julio en año de Mundial.
¿Por qué me hago estadounidense cuando empieza la Copa del Mundo?
Bueno, hay varias razones. La primera razón, pero no por ello más importante, es que me gusta que sea EEUU el que siga al mundo y no al revés. Hay bastante gente en el país, cada vez más, que sigue la Copa del Mundo y que considera superiores, al menos durante unos días, a países como Italia, Brasil o Portugal. Me resulta gracioso pensar que hay una minoría cada vez más mayoritaria a la que le gusta un deporte que no han inventado ellos, un deporte en el que no son el referente global. Tienen en cuenta al resto del planeta, no se consideran el ombligo del mundo. ¿Los estadounidenses interesados por algo en lo que no son los amos de la Tierra? Creo que es un avance impresionante que ese hecho se produzca.
La segunda razón, pero no por ello menos importante, es que me gusta como llaman a nuestro fútbol. Ellos tienen su fútbol, el fútbol americano. Y nuestro fútbol, el fútbol europeo, asiático o africano, el fútbol al que juega el resto del planeta es para ellos el soccer.
Me encanta la palabra soccer. Porque en EEUU soccer significa algo que no es norteamericano, algo raro, algo aún minoritario, algo que te hace observar al resto del mundo con interés y no algo que esperas que el planeta observé en ti con admiración.
Y también me encanta por lo que significa en sí misma la palabra soccer.
Soccer es un diminutivo (inventado por azar, casi como un juego de palabras, por un estudiante de una escuela de Inglaterra en el siglo XIX) de la palabra inglesa association que significa asociación, algo fácil de imaginar aunque no seas un amante de la lengua de Shakespeare.
Y soccer llamó ese joven inglés a un juego que estaba naciendo por aquella época y que más tarde divertiría al mundo.
Asociación.
Asociación es lo que distingue al fútbol que conocemos en España, en Europa, en casi todo el mundo, del resto de deportes que tienen un origen común con él. Asociación es lo que distingue nuestro fútbol del fútbol australiano, del fútbol americano o del rugby.
Hagamos un pequeño viaje en el tiempo y vayamos a la prehistoria del fútbol. Estamos en París. El año es el 1904. Personas de varios países están reunidas intentado formar una organización que controle y organice ese incipiente deporte cuyas primeras normas fueron redactadas hace unos años en una taberna de Londres, ya escindido del rugby, con el que comparte origen, y que está encandilando a las masas. Se funda la FIFA. En París. Por tanto FIFA son unas siglas en francés. FIFA significa Fédération Internationale de Football Association. En español eso es Federación Internacional de Fútbol Asociación. No significa Federación Internacional de Fútbol sino de Fútbol Asociación. Así pues nuestro fútbol además de nombre tiene apellido y ese apellido es el que lo diferencia del resto de deportes, el que le da sentido, el que lo culmina como una obra de arte. Asociación. No jugamos a fútbol. Jugamos a fútbol asociación. Nuestro fútbol es un deporte asociativo, en el que necesitas al compañero como el compañero necesita de ti, en el que la labor del equipo en global es fundamental para la consecución del objetivo final: ganar.
La palabra soccer define mejor al fútbol que la propia palabra fútbol.
Los estadounidenses dicen soccer para diferenciar su fútbol americano del otro fútbol, el fútbol que ahora disputa (o sería mejor decir disfruta) una Copa del Mundo en el continente negro.
Pero en esa diferencia que establecen los norteamericanos actualmente (y que establecieron los pioneros de este deporte hace muchísimos años, en sus inicios, y que nosotros hemos dejado de nombrar por la pereza de pronunciar una palabra en lugar de dos) está la clave de este juego. Por eso me gusta el fútbol de EEUU, porque por minoritario está obligado a recordar la esencia de su origen en su nombre, porque cuando nombras en Norteamérica este deporte tienes que utilizar la palabra que mejor define su espíritu: Soccer. Asociación.
Y porque ese mismo espíritu es el único camino que puede llevar a España al título. España juega a soccer, a fútbol asociación, y su éxito depende de la virtud de sus jugadores asociativos.
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