A los niños y gentes de Bordón Abril - Mayo 2012
En aquella primavera
en el jardín escaseaban las flores,
pero eran tan hermosas...
olían tan bien,
que compensaban la cantidad
con la calidad.
Llenas de vitalidad,
risueñas, con ganas de jugar,
jugaban y aprendían.
Y yo sólo quería
que no marchitasen,
las regaba día a día,
con disciplina, cariño,
y con todo lo bueno que podía...
pensando que en el futuro
seguirían siendo maravillas
y que esparcirían también
sus propias semillas.
Gracias por hacerme sentir durante unos días de mi vida en un jardín, que estaba en un paraíso. Os echaré de menos.
0 comentarios