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Pensamientos y más

Misoginia y ¿misandria?

Un chiste interesante...

Si vas a comprar un cerebro a una tienda, ¿Cuál cuesta más, el del hombre o el de la mujer?

 

 

 

 

 

Respuesta: El del hombre, ¡¡¡porque está sin usar!!!

Contra Post a Rafael Fernández, el ezcritor, por su artículo.

Rosa negra tiene sus espinas afiladas, y es algo que me encanta... seguro que cuando no se tiñe de negro también es sensacional, aquí tenéis otro gran post, directo a Misoginia y Misandria, es un buen ejemplo de ello, el humor que no falte, un saludo y gracias. (Si quieres ser redactora... tienes la puerta abierta,  así me evitaré el corta y pega)

Post extraído de: http://polvoeres.blogia.com/

Soy una escritora upderground, antisnob, ilimitada, evolucionada, antirepetitiva, natural, evolucionada, creativa y suprahumana. Por tanto, estoy por encima de los que se creen revolucionarios por escribir un par de ideas desfasadas y mierdosas para llamar la atención de infrahumanos, cortos y limitados. Me corto el pelo en cualquier peluquería unisex profesional y no de renombre, que acentúa mi belleza única e indescriptible, por sólo 12 euros.

Todas las mujeres que trabajan y acuden como clientes, te tratan con familiaridad y respeto personal. Van para sentirse bien consigo mismas. Sin embargo, los hombres que acuden a depilarse las cejas, el pecho, los brazos, como si fueran maricas de barrio, o a hacerse algún corte in, a darse mechas ridículas, lo hacen para intentar meter mejor la polla en cualquier agujero soez y vulgar de cualquier rollo chabacano que consigan. Poder presumir de machotes folladores ante los colegas, les es vital para demostrar una valía que no poseen. Qué asco de hombres. No han aprendido nada en siglos y siglos de evolución.

Imaginarme a un hombre cagando con esas pollas flácidas metidas dentro de las vasijas, para que al hacer fuerza no se las vaya el orín por fuera y mearse a sí mismos ( mirad si saben que no valen nada) con ese líquido amarillento, hediendo a cerveza barata de la noche anterior, o vaya usted a saber, es auto provocarme el vómito. Las cagadas que expulsan son asquerosas, parecen pollas deformadas. Lo que demuestra una vez más, que hasta para cagar, piensan con la polla.

Cuando un hombre me dice que va al baño, lo visualizo con esa cara roja, esa peste nauseabunda, porque ellos comerán igual que las mujeres, pero su mierda apesta como ellos. Para que me guste alguno, le pido que por favor no me diga que va al baño, sino a lavarse las manos. Ciertamente, son unos cerdos, no lo pueden evitar, nacieron con ese instrumento antiestético, donde los haya, que los define.

Las mujeres cuando hacemos nuestras necesidades fisiológicas somos elegantes. Nuestra expresión apenas cambia. Hacemos fuerzas con glamour y donaire. Resultamos hermosas hasta cagando, tal pareciera que estamos teniendo un orgasmo. Producimos, en el espectador afortunado, una sensualidad extrema al vernos cagar. Orinamos con clase. No meamos por fuera con riesgo de gotearnos la ropa y nuestra mierda no es tan apestosa, por muy descompuestas que estemos del estómago.

Somos las diosas en todo: en el hacer cotidiano, en la armonía de nuestros pasos, en nuestro gusto para saber qué llevar puesto en cada momento. Estamos plenas de sensible humanidad, de comprensión, de tolerancia, de fuerza, de lucha y valor. Portamos los óvulos de la vida, el secreto de la creación. Somos las diosas creadoras y este universo tiene una Diosa, no un Dios. Pero en todas las culturas desfasadas e irracionales, sus libros santos están escritos por machos. Lógico que se inventen un Dios. ¡Pobres infelices crédulos! Se auto engañan hasta con la verdad más elemental y objetiva. Sólo nos sirven para ordeñarlos, cuando deseamos perpetuar la especie, como vacas lecheras, pero que no dan un cadbury, sino un pegajoso, blanquecino y nauseabundo esperma, producto de su debilidad ante el poder femenino. Pobres imbéciles. No poseen más que la fuerza bruta y, menos mal, que algo útil aportan. Nos sirven de esclavos o mulos de carga cuando hay que trasladar objetos pesados. Son los zánganos del panal, de nosotras: las reinas por derecho propio. Por eso obedecen, se saben inferiores. Les han dotado de un instrumento que los esclavizan a unas tetas, un culo o un par de buenas piernas. Por eso la Diosa los creó con pene, para tener criados que trabajen por sus hijas y las sirvan en sus deseos.

Cuando una mujer encuentra un esclavo con cierta cabeza pensante, intenta conservarlo para que su progenie no salga muy limitada, pero ellos creen que se enamoran de por vida. No alcanzan a comprender esta selección natural. Las creen torpes y débiles, cuando ellos por dos tetas, tiran de las carretas que sean.

La justicia de la Divina Mater es indiscutible. Nos hizo a su imagen y semejanza. Cuando se aburrió, nos creó al juguete más divertido como bufón del planeta: el Hombre; aunque también, al más hijo de puta. Puesto que, nuestra hermosa y salvaje Tierra está siendo destruída por ellos. Tienen la mayoría de género en los gobiernos mundiales. Sólo falta que un día se corran sobre el botón rojo y saltemos todos por los aires. De momento, están destruyendo bien: guerras, hambre, injusticia, desigualdad, enfermedad, involución y no sigo porque vais a creer que soy feminista. No lo soy. La culpa de esta indiscriminación la tiene La Diosa por aburrirse tanto. No he amado a un hombre en mi vida, ni un segundo. No existe el HOMBRE, sólo el penemono. El Mundo sería un lugar justo, si el hombre tuviese la inteligencia de la mujer. Reclamad a la Diosa. Penemonos del mundo, uníos.

Así habló LA ROSA NEGRA, más negra que nunca.


Nota de La Rosa Negra: Podéis ver el post de este débil infrahumano macho en: http://blog.micabeza.com/2007/09/05/en-llongueras/#comments

Momentos Domingueros

Lo primero de todo, agradecer a Rosa Negra su prestación. Este relato que a continuación sigue está extraído del blog: http://polvoeres.blogia.com/ 

Espero que lo disfrutéis tanto como yo. Un saludo.

El pasado domingo bajé al sur con Mike. Victoria y mi sobrino llegaban a Canarias el lunes. Debíamos dejar todo impecable para recibir a los invitados. Había que hacer la compra en el supermercado y organizar los dormitorios. Yo me quedaría con ellos y Mike tendría que bajar y subir. Pasaría el día con nosotras y regresaría por la noche a casa de mi tía. Pero me encargaría de dejarlos solos, algún que otro día, con alguna excusa. Aún no tiene “ permiso” para tanta aproximación. Es mi hermano, pero que se joda. Haber hecho bien las cosas. Ahora estamos reeducándolo. Los hombres son como monos. Piensan con la polla y como no les podemos cambiar ese instinto natural, hay que modificar sus parámetros mentales. Supongo que en el futuro evolucionarán y alcanzarán cierto grado de inteligencia emocional efectiva. Mientras tanto, la mujer debe seguir conservando su status de diosa y reina del universo. Es una pena que muchas la anden jodiendo por ahí actuando como imbéciles, también. En fin, los malos virus se contagian fácilmente.

Echamos a cara o cruz quién iba al super o quién organizaba el bungalow. Crucé los dedos para que le tocase a él hacer la compra. Odio ir al supermercado. El bullicio, la gente y lo peor: las colas que se forman. No tengo paciencia para soportar semejante pérdida de tiempo. Los centros comerciales del sur abren hasta los domingos. El Ayuntamiento de San Bartolomé es el más rico de todas las islas. Se mueve gran cantidad de euros. Es un espacio cosmopolita y variopinto. Una mezcla de razas y culturas unidas por una causa común: Don Dinero.

Por suerte la moneda cayó de mi lado. Pobre Mike, jajaja. A joderse tocaba.

En lo que él iba de safari por la África tórrida, yo organicé todo en media hora. Acabada mi tarea, cogí la toalla y fui a la piscina.

Tras el primer baño, me tumbé como una lagarta al sol. Dos hamacas más allá, estaban tres tipos. Por lo visto comieron alpiste porque no paraban de darle a la lengua. Menudos son los hombres cuando cuentan sus salidas nocturnas y sus hazañas de machos cazadores.

Habían salido la noche anterior y sólo uno había conseguido rollete. Los otros dos se justificaban de esta forma:

TipoA: Te dije que la rubia tetona era para mí. Si nos hubiéramos entendido, no habría pasado eso.

Tipo B: Pero ¿qué dices? Me dijiste que le ibas a entrar a la otra. Esas zorras hubieran caído. Estaba claro que buscaban liarse.

TipoA: Eran unas putillas de primera. Estaban buenísimas, joder. Si no discutiésemos con cuál nos quedamos cada vez que salimos, aquellos dos no se nos habrían adelantado.

TipoB: Bah, da lo mismo. De esas hay montones. Esta noche será. Son todas iguales: zorras comepollas. No discutiremos más, Vamos a saco y la que caiga, cayó.

Escuchándoles indignada, me removí en mi hamaca como si tuviese pegado fuego en el culo. Con toda la mala uva del mundo, me levanté. Caminé por el borde de la piscina hasta situarme delante de ellos, dándoles la espalda. Cogiendo impulso, me lancé al agua, mojándolos por completo. Nadé dos vueltas. Cuando salí, los tipos esos me increparon, recordándome las normas de no lanzarse al agua de cabeza y bla bla. Les escuché en silencio. Cuando acabaron, les repliqué: “Lleváis jodiéndo todo el puto rato mi tiempo de relax, oyendo las estupideces que decíais. Pero vamos a ver, si ellas son zorras porque salen de ligue, ustedes, ¿qué son? ¿Putos zorros?”

El más enteradillo y seguro de sí mismo porque había follado la noche anterior y ya se creía el rey de la selva, me responde: “No irás a comparar. Nosotros somos hombres. Nos podemos permitir lo que nos salga de los huevos”. Miré a los otros dos primates, gilipollas, esperando el coro de aplausos. Aplausos que no faltaron. Lo apoyaron hablando de cual era el puesto de la mujer en la sociedad; que si somos unas feministas marimachas, que con tanto derecho de la mujer, la estábamos fastidiando; que ellos para follar les daba igual; pero que otra cosa era si tuviesen que tener novia. Entonces sí querían la mejor y tal y tal.

En esta que veo, detrás de ellos, acercándose, a Mike. Venía cargado de bolsas del super. Le dirigí una mirada cómplice. Mi hermano y yo nos entendemos sin hablar. Diríase que usamos el mismo lenguaje oral y corporal, como si de auténticos gemelos se tratase.

Alcé la mano y los mandé a callar, dirigiéndome a Mike.

-¿Qué horas son estas para llegar? ¡Te dije bien clarito que no tardases!

-Perdona, cariño, pero había una cola…

-Ni cariño, ni leches. Que no se repita. Si te programo para hacer una simple compra en media hora, está prohibido tardar el triple.

-Vale, cariño. No volverá a ocurrir.

-Eso espero. Hala, recoge mi toalla y arranca para que coloques todo a la perfección.

Mike empieza a caminar delante de mí.

-¡Alto! ¿Quién cojones te ha dicho: “ya”?

Se detiene y me da paso. Yo, muy altiva y con mi innata clase, avanzo lentamente. Me daba pena Mike porque tenía que mantener el ritmo para no pasarme con aquellas pesadas bolsas. Que se fastidie. Después de todo, pertenece al mismo género.

Mientras nos íbamos, escuchamos a los tres subnormales decir: “qué vergüenza. Con ese cuerpo y cómo se deja dominar por la tía esa. Si es que estamos perdidos. Como haya más iguales, ¿dónde iremos a parar? ¡Menuda sargento! Si llegamos a contradecirla, la hubiese armado. ¡Capaz que hace que nos echen!”

Cuando entramos en el bungalow, Mike soltó las bolsas y nos descojonamos un buen rato. No hay nada como un ejercicio de risas para que el día vaya mejor. Máxime si de tales situaciones se trata. ¡Me encantan!

 

La Rosa Negra

LÓGICA APLASTANTE

Una mujer me preguntó porque los hombres a veces nos llamábamos puteros (una expresión que se puso de moda por algún de mente) y le contesté que porque lo éramos por lógica aplastante. La mujer se rió, lo que ya no le hizo tanta gracia fue cuando después de reirse preguntó porque por lógica aplastante (primero se rien y después buscan el motivo de porque deberían reirse) y le contesté que todos los hombres éramos unos puteros porque todas las mujeres eran unas putas. xDDD

[Esto es una sección por ahora de humor, perdón si alguien se siente ofendido jeje, con no entrar a leer el tema correspondiente sobra]